Escribo estas palabras para desahogar el dolor que hoy lastíma mi alma.
Difícil es despedirse para siempre de alguien que esperabas que te acompañara toda la vida.
Época de dolor, muerte y desolación se vive en estos tiempos.
Un adiós para siempre, duele como nunca lo hubiese imaginado.
Aferrarse a la idea de la existencia de un lugar mejor es como anestesia para el alma inconsolable.
Lágrimas que brotan, una detrás de la otra, intentando cicatrizar una herida que nunca sanará
Ver el semblante por última vez del ser amado que ha partido a ese lugar lejano del que nunca se vuelve.
Recuerdos, memorias, añoranzas, tristeza, desolación, angustia, incertidumbre, todo en un mismo lugar, al mismo tiempo, solo provocado por su partida.

Te vamos a extrañar abuelita…